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“¿Qué pasa cuando se abrazan el amor y la muerte? ¿Se muere el amor? ¿O se enamora la muerte?” Tú y yo platicamos muchas veces de ella. Sabías que era inevitable y la esperabas sin miedo porque ese sería el momento de reunirte con tu gran amor. Para ti nunca fue tabú nombrarla y te gustaba hacer bromas de ella, hasta el día en que un diagnóstico inesperado nos hizo sentirla tan cerca. Yo con 29 años, tu 94. Tengo intacta en la memoria nuestra plática de ese día. “No me quiero morir” fue lo único que te pude decir. “Vas a estar bien, vas a salir triunfante de esto y juntos vamos a ganar esta dura prueba” En algún lugar, entre el miedo que te dio la posibilidad de perderme, y la incertidumbre de lo que nos esperaba, encontraste la fuerza que necesitabas para acompañarme en ese proceso y te aferraste a la vida. A tus 94 años me hiciste una promesa un tanto arriesgada. Me prometiste que ibas a estar conmigo hasta tener la certeza de que iba a estar bien. GRACIAS por cumplir tu promesa! Porque fuiste para mí y para toda la familia un gran apoyo. Te volviste mi mejor porrista y no pasó un solo día en el que no me llamaras para saber cómo estaba y decirme lo valiente que soy y lo mucho que me quieres. En medio de ese camino nos diste un susto. Tuvieron que operarte para drenar una hemorragia cerebral y aun con la gravedad de la situación con una sonrisa me dijiste. “No es mi momento” me recordaste tu promesa y me dijiste “a mis 94 años tú me has enseñado a ser valiente y a enfrentar las adversidades de la vida con carácter y decisión, y yo no puedo hacerlo diferente”. Para sorpresa de todos, tu recuperación fue increíble. Hace unos meses tuve la última operación y con eso terminamos el tratamiento. Me fui a vivir sola, me cambié de trabajo, hice ese viaje que siempre había querido hacer, me acerqué a mis primas, hice nuevos amigos, y compartí mi historia en el blog. Tú fuiste testigo de todo eso y no te cansaste de decirme lo orgulloso que estabas de mí. Yo te quería eterno, pero tu misión aquí terminó y estabas listo para irte. En tu último intento de demostrarme tu amor nos regalaste la despedida que los dos nos merecíamos: juntos hasta que cayó el último out. Me cuesta mucho trabajo aceptar que te has ido, pero me quedo con la satisfacción de haberte disfrutado tanto y con la certeza de que siempre vas a estar conmigo porque, aunque la vida tenga un final, el amor es eterno.
-F
“What happens when love and death meet?"
You and I talked a lot about it. You knew it was inevitable and you waited for it fearlessly because that would be the moment to reunite with the love of your life. Talking about it was never taboo for you and you liked joking about it until the day an unexpected diagnosis made us feel so close to her. I was 29 years old, you were 94.
I remember perfectly our conversation from that day. "I don't want to die" was the only thing that came out of my mouth. "You are going to be ok; you are going to emerge triumphant from this and together we are going to win this battle"
Somewhere, between the fear that gave you the possibility of losing me, and the uncertainty of what was coming, you found the strength you needed to stay by my side in this fight.
At 94 years old, you made me a risky promise. You promised me that you would be with me until you were sure that I was going to be okay.
THANK YOU for keeping your promise! Because you were a great support to me and to the whole family. You became my best cheerleader and not a day went by that you didn't call me to check on me and tell me how brave I am and how much you love me.
In the middle of that road, life threw us another curveball. You had to undergo surgery to drain a brain hemorrhage and even with the seriousness of the situation you told me with a smile on your face "It is not my time to go yet" You reminded me of your promise and told me "At 94 years old you have taught me to be brave and to face the adversities of life with courage and determination, and I cannot do it differently". To everyone's surprise, your recovery was incredibly fast.
A few months ago, I had the last surgery and with that, we finished the treatment. I moved into my apartment, got a new job, made that trip to Europe I’ve always wanted to do, made amends with my cousins, made new friends, and I shared my story on the blog. You witnessed all of it, and you never stopped telling me how proud you were of me.
I wanted you to stay with me forever, but your mission here was over and you were ready to go. In your last attempt to show me how much you love me, you gave us the farewell that we both deserved: together until your last breath.
It is very hard for me to accept that you are gone, but I feel very lucky that I enjoyed you so much and I am certain that you will always be with me because, even though life has an end, our love is eternal.
-F
